Podría escribir este post sobre los Bridgerton. Imagina si estoy loca que estaba convencida de que el estreno de la tercera temporada era hoy y no me enteré que no lo era hasta ayer a la noche porque yo estaba convencida que había leído “Primera parte: 13 de mayo y Segunda parte: 16 de julio” y parece ser era más bien que es 16 de mayo y 13 de junio. En fin (suspiro), mi gozo de pasar la mañana de hoy haciéndome una épica maratón en un pozo, a ver cómo me las arreglo ahora el jueves para calmar mi ansiedad y socializar un poco. Y lo cierto es que Pe y Colin me dan un poco igual desde que leí su libro (sí, me los he leído todos, alguno más de una vez) y estoy un poco picada con que se hayan saltado a Benedict pero bueno, necesito cualquier migaja que me de Shonda desde su Shondaland.
Pero hablemos de cosas serias también.
Cuando hace año y medio me vine a vivir sola, tenía la creencia de que iba a disfrutar de la lectura más que nunca, hasta ideé a conciencia mi rincón con una lámpara y un póster que pone “Not now, I’m reading”. Qué alarde de originalidad, eh. Total que tenía grandes planes y grandes tochos para ese rincón, en el que iba a pasarme lluviosas tardes de domingo, noches de insomnio, puentes y festivos sin que nadie enturbiara mi paz. Pero luego vinieron unos vecinos algo ruidosos que estoy aprendiendo a tolerar y una vida social que me tira como la cabra al monte. Así, han ido pasando los meses y me daba cuenta que cada vez leía menos. Hice intentonas de relectura con libros que me habían apasionado con los que ansiaba volver a sentir la misma emoción y hasta salté de una novela romántica facilona a otra, de esas que en el pasado me ventilaba en dos días y me servían para desengrasarme y pillar inercia cuando me bloqueaba un poco. Y esta vez no había manera. Era como si la cabeza la tuviera a otras revoluciones y no fuera capaz de centrarse en la ficción. Y al mismo tiempo, me sintiera agitada, rara, sin la calma y el bienestar que me da mi afición por la lectura.
En fin, decidí empezar de cero aprovechando que tenía que salir de casa unos días porque me renovaban el baño. Dejaría de lado todos los libros empezados y metería uno solo en la maleta. Porque también creo que con los años he ido aturullando mis hábitos, teniendo demasiadas lecturas empezadas y perdiendo demasiado tiempo eligiendo qué libro me apetecía coger en ese momento justo. El equivalente 1.0 del momento lost in plataformas que vivimos. La energía que gastamos decidiendo que luego apenas nos quedan ganas para disfrutar de aquello que tenemos delante.
Como podrás sospechar, el montón de libros pendientes lo tengo está fuera de control porque aunque es verdad que ya no compro como en mis mejores años, una de vez en cuando necesita esa dosis de dopamina y si luego llevo más de un año leyendo menos de lo habitual, imagínate. Por lo que decidí volver a mis orígenes, ir a lo seguro y por un sentimiento de nostalgia y bienestar, lanzarme a por un Libros de Asteroide, mi editorial favorita. Me han regalado tantas horas de maravillosa lectura que les tengo un cariño especial. Creo que lo he repetido tantas veces que los dos últimos libros que me han regalado han sido de ellos y de hecho uno de ellos ya lo tenía y me había encantado.
Pero hay algo cuando te metes en un bucle que no te satisface que le coges todavía más miedo a no poder salir de él. Tampoco voy a sobredimensionar dramas pero digamos que en parte lo quería pensar bien y en parte quería coger un libro y leerlo, sin darle más vueltas, ir pasando las páginas y volver a hacer hábito, sin pensar demasiado hasta qué punto me estaba gustando. Pero una tiene su intuición y no es tonta (guiño) y me decanté por La distancia que nos separa de Maggie O’Farrell. Y ojo, que nunca entendí el bombazo de Hammet, a mí me atrapó para siempre con Tiene que ser aquí y La primera mano que sostuvo la mía. Hammet fue uno de esos momentos raros en los que bien pero no entendía de dónde venía tanta emoción.
Total, que el lunes pasado cogí entre las manos La distancia que nos separa (con ese color rojo anaranjado tan bonito además) y lo terminé ayer a la tarde, sin grandes enganches pero sin pausa, disfrutando del leer por leer. Por lo que seguiré con ello, intentando no aturullarme otra vez, ni que todas las recomendaciones que me llegan por redes sociales me creen ansiedad. Por de pronto me he propuesto el reto de leerme lo que tengo en casa, no comprar más ni ir a la biblioteca (bueno le prometí a Ines que en la siguiente visita cogería La mala costumbre de Alana S. Portero pero ya está). Que ahora que lo pienso, lo suyo igual es poner fecha aquí por escrito… dale, hasta Sep… hasta Agosto no compro nada y leeré de lo que tengo acumulado en casa (que pensar en pasar todo el verano sin que entre un libro nuevo me da un poquito de ansiedad). Aquí lo dejo. Y es que lo cierto es que tengo librazos esperándome.
En fin, que como pequeño homenaje a Libros del Asteroide, por descubrirme a tantos escritores y por si tú también necesitas un lugar seguro en forma de libro, aquí mis favoritísimos de la editorial:
(No van en orden de preferencia quitando el primero que tiene un sitio muy especial en mi corazón)
-Canciones de amor a quemarropa de Nickolas Butler
-Algo en lo que creer de Nickolas Butler
-Algún día todo este dolor te será útil de Peter Cameron
-Aquella tarde dorada de Peter Cameron
-¡Melisande! ¿Qué son los sueños? de Hillel Halkin
-Monasterio de Eduardo Halfon
-El libro de Jonah de Joshua Max Feldman
-Tantos días felices de Laurie Colwin
-Una escritora en la cocina de Laurie Colwin
-Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York de Gail Parent
-Departamento de especulaciones de Jenny Offill
-Tiene que ser aquí de Maggie O’Farrell
-La señora Fletcher de Tom Perrotta
-Tracy Flick nunca gana de Tom Perrotta
-Y por supuesto cualquier cosa de Nora Ephron pero la pongo a parte porque necesitaría una lista propia como Diosa que es.
Felices lecturas,
M.
P.D.: Estos días…
…estoy leyendo: Lo dicho, no es uno de sus mejores libros pero bastante bien ‘La distancia que nos separa’ de Maggie O’Farrell.
…estoy escuchando: Gracias a que ayer mi hermana me los recordó en su gárgola digital, he vuelto a The Mountain Goats.
…estoy viendo: Pues como todo el mundo creo pero El caso Asunta es de lo poco que me ha enganchado últimamente.
…huelo a: Patiala de Thameen como ese perfume que más se le acerca a lo que me gustaría que recordaran de mí.
Me uno a tu reto. Leer lo que tengo en casa y no comprar nada hasta después de verano. Corroída de envidia pensando en tus tardes de domingo leyendo sin que nadie altere tu paz 😂😂😂. Besos y ganas de verte